No sé qué pensaría Edward Aloysius Murphy, ingeniero aeroespacial estadounidense, si se enterara de que pasaría a la posteridad no por el diseño de algún cohete revolucionario sino por la popularización de una ley que, bastante simplificada, señala que todo lo que puede salir mal, saldrá mal.
Empiezo esta entrada hablando de ingenieros aeroespaciales porque perderme el taller de juegos de mesa en el aula fue algo así como si Dios, o el hado o una fuerza superior me estuviera escupiendo un poco. Justo al día siguiente expuse sobre esto mismo en la clase de didáctica de la literatura. Para una clase que falto y tenían que dar esto. Ley de Murphy.
Estuve espiando un poco las entradas de mis compañeros y el trabajo de María Samper Cerdán (@msamperc). Al leer las impresiones del grupo me queda claro que el juego es una forma muy eficaz de aprendizaje y se potencian habilidades como el pensamiento lógico-matemático y estratégico, el trabajo cooperativo, la expresión oral… vaya, que deberíamos estar jugando todos los días en clase y hasta ahora nos vamos dando cuenta.
Como me perdí la dinámica lo único que se me ocurre es contarles qué hice yo con mi proyecto de gamificación del aula al emplear un juego de mesa en la asignatura de lengua y literatura. Este trabajo es parte de un proyecto que desarrollé junto Irene Coloma y Alejandra Armero llamado “El misterio de la escritura criminal. Taller de creación literaria” que tiene como objetivo acercar al alumnado al género policial a través de la creación literaria.
Una de las actividades que desarrollé es una adaptación del Cluedo, un popular juego de mesa de origen británico que consiste en descubrir al culpable de un asesinato (su identidad, el lugar donde se cometió el crimen y el arma empleada para perpetuarlo). La inspiración misma del juego procede del género policial clásico y de sus rasgos principales, por lo que resulta ideal para que los estudiantes puedan afianzar su aprendizaje.
El detonante del juego que diseñamos es el siguiente:
¡Algo inaudito acaba de suceder! Ayer por la noche fue brutalmente asesinado uno de los mejores autores de novela policial de toda la historia. Lo más llamativo es que se encontraba en medio de un retiro de escritores con otras personalidades de la farándula literaria. En esa misma casona alejada de la civilización también se encuentran Edgar Allan Poe, Agatha Christie, Arthur Conan Doyle, Dashiell Hammett, Raymond Chandler y Patricia Highsmith. ¿Quién de estas mentes criminales cometió el agravio? ¿Podrá salirse con la suya?
Sin duda lo que más disfruté fue la creación de fichas de personaje relacionadas con los representantes más destacados de este género con la finalidad de que el estudiantado pueda conocer algo de estos autores y autoras. Para hacer los materiales visualmente atractivos y más o menos homogéneos, empleé Dall-e (para las ilustraciones de autores) y Canva para el diseño de las cartas, tengo que decir que estoy muy satisfecha con el resultado.
¡Ahora sólo queda aplicar el juego en el aula!
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