En
la sesión del 15 de mayo tuvimos el placer de contar con Pep Hernández en el aula,
quien compartió con nosotros sus conocimientos y experiencias. Fue una charla
de lo más interesante y lo mejor es que aprendimos muchísimo en tan poco tiempo.
Las cuatro horas se me pasaron volando gracias al carácter dinámico de las
actividades y preguntas que nos planteó.
En
primer lugar, reflexionamos sobre las cuatro competencias en nuestra materia (hablar,
escuchar, escribir y leer), con cual nos sentíamos más cómodos y menos cómodos.
En mi caso, tenía la respuesta bastante clara. Lo que considero que mejor se me
da es leer y lo que peor, sin duda, hablar. Las respuestas fueron variadas,
pero había una tendencia elegir el habla como nuestra habilidad menos
desarrollada y no nos debe extrañar, puesto que durante nuestra etapa escolar se
incide mucho en la expresión y comprensión escrita y la comprensión oral, pero no
tanto en la expresión oral. Si algún día tengo la oportunidad de impartir
clases, no me gustaría que mi alumnado pasase por lo mismo, así que me
aseguraría de fomentar la expresión oral para que no tengan tantas dificultades
en este aspecto.
Otra
de las preguntas que nos planteó es sobre la persona por la que queremos ser
docentes. Todos teníamos a alguien así, un profesor o profesora que nos hizo
amar su asignatura o su forma de transmitir las ideas. A partir de ahí, reflexionamos
sobre los diez rasgos o virtudes que debe tener un buen docente. Seguro que se
me olvida alguno, pero estos son los que se me vinieron a la cabeza:
1.
Empatía.
2.
Tolerancia.
3.
Respeto.
4.
Ganas de aprender.
5.
Paciencia.
6.
Creatividad.
7.
Implicación.
8.
Carisma.
9.
Capacidad de adaptación.
10.
Buen observador.
Tras
esto, realizamos una actividad por grupos que veo que han comentado todos mis
compañeros, así que no profundizaré de nuevo en ella. Solo apuntaré que me pareció
muy interesante para trabajar diferentes habilidades de forma dinámica y entretenida.
También descubrimos recursos lúdicos, PalabRETO y Socrative, para llevar al
aula y que pueden resultar de mucha utilidad. Seguramente, si es posible los
llevaría al aula (no voy a mentir, el PalabRETO me pareció tan entretenido que
me puse a jugar nada más llegar a mi casa).
Por
último, nos enseñó una utilidad de PowerPoint que me hizo ver el programa con
otros ojos. Tenía la idea de que se había quedado desfasado y que sus opciones
eran limitadas, así que me sorprendió mucho ver cómo se puede exponer un knolling
de forma muy llamativa. Esta es otra de las cosas que llevaría al aula sin
dudar. Me alegra haber asistido a esta sesión en la que Pep Hernández nos ha
mostrado varios recursos valiosos y ha compartido con nosotros un conocimiento
que no olvidaré.
Por
aquí dejo el knolling que hicimos para la asignatura de Formación del
lector literario, aunque no queda tan bonito como el que nos enseñó a hacer
Pep.
No hay comentarios:
Publicar un comentario